Arte y vino, el maridaje milenario

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Varias bodegas mendocinas se han transformado en templos donde la misma arquitectura y ambientación invitan a vivir una experiencia pura de arte.

No solo sus edificios se conciben desde la estética, con fantásticas estructuras que funcionan inmersas en el paisaje, también incorporan espacios para exhibir obras de arte. Más de 15 bodegas ofrecen galerías y otras adquieren obras de autores argentinos que forman parte de sus espacios internos y externos. 

Es que el arte y el vino van de la mano. Ambos invitan al goce y el disfrute. Quienes hacen vinos, enólogos, ingenieros agrónomos y viticultores de oficio, como los artistas, tienen secretos que constituyen el espíritu de esa bebida única e irrepetible por el año de cosecha y las intervenciones propias de su autor.

El arte en las bodegas es un aporte más para los visitantes que buscan experiencias que trasciendan a las clásicas degustaciones. Ciclos de música en las cavas, muestras de artes visuales, inclusive yoga en las bodegas, conforman un universo que se suma a la oferta de restaurantes y lodges de lujo en el circuito de los Caminos del Vino.

Pero este apasionante maridaje entre arte y vino no es nuevo. Se remonta a la historia de los dioses Baco y Dioniso, y está enraizada en la cultura greco-romana. Las pinturas encontradas en el Valle del Nilo, en Egipto, relatan artísticamente cómo elaboraban vino en la Mesopotamia. El cultivo de vides impulsó profundos cambios culturales en los pueblos de la antigüedad y fue plasmada en pinturas y esculturas que llegan a nuestros días para contarnos sus hábitos y costumbres.

De diversas maneras, el arte y el vino se entrelazan a lo largo de la historia. Como elixir de inspiración de poetas y pintores, o como medio de expresión de quienes hoy utilizan el vino para pintar sobre  lienzos, esta bebida noble que surge de los frutos de la tierra tiene el poder de elevarnos.

La bebida divina, la bebida de los dioses, desde Leonardo, Miguel Angel, Goya y Van Gogh, hasta Picasso y artistas contemporáneos la han incorporado en sus obras. 

Objeto de artistas o arte en sí mismo, las variedades de vino tinto se utilizan hoy en Mendoza por plásticos que lo eligen para pintar. 

Pero el dato más atractivo es el circuito de bodegas con galerías de arte que abren sus puertas al público, o las que acorde a la tendencia en el mundo, embellecen su estructura edilicia con fabulosos murales o grandes esculturas en sus parques. 

En todas sus variantes, la relación entre el arte y el vino lleva más de 6000 años de historia y se renueva con la cosmogonía de las nuevas generaciones. Artistas y diseñadores jóvenes utilizan hoy la tecnología para generar etiquetas de realidad aumentada, con arte interactivo. La aventura creativa en torno al vino continúa.

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