El terroir: un privilegio argentino.

Terroir privilegio argentino

Argentina tiene una gran extensión entre paralelos, de norte a sur, y es el octavo país con mas extensión geográfica. Por lo tanto, tiene condiciones climáticas y de relieve totalmente diferentes, por lo que encontramos viñedos de altura en Salta y Catamarca, los viñedos al sur en Neuquén y Río Negro y por supuesto el equilibrio mendocino. Tiene una localización geográfica muy particular. Combina la altura sobre el nivel del mar y la baja humedad lo que origina un ambiente idóneo para el cultivo orgánico casi nulo de químicos para controlar insectos y hongos.

Una característica del terruño argentino es, precisamente, la excelente acogida a diferentes variedades de uva. 

La altitud de los viñedos merece una mención especial, por sus efectos en el clima y por lo tanto en el estilo y la calidad del vino. Los viñedos argentinos son un oasis de verdor ubicados en un paisaje semidesértico intransigentemente árido. El suelo argentino es franco arenoso. El estilo de suelo pobre justo que se necesita una vid productiva y de alta calidad. Mientras mas pobre sea el suelo, es decir, un suelo pedregoso, arcilloso, sin tanto hummus ni tierra ni pasto es mucho mejor para crecer la vid. El terroir se acompaña de una amplitud térmica: cálido en el día que favorece la producción de azúcar en la uva y frio en la noche que permite a la uva descansar. Todo esto formando un microclima hermoso. 

Uva Malbec y el Terroir Argentino

Los suelos tienden a ser relativamente jóvenes y aluviales, con una proporción bastante alta de arena en muchas pareas. La intensidad del sabor en los mejores vinos demuestra que el sabor no viene solo de la tierra sino también de la luz del sol, el aire seco y la temperatura a las diferentes altitudes de los viñedos. Las altas temperaturas pueden influir en taninos suaves y algunas veces en alto contenido de alcohol en los vinos tintos.

El “efecto de los Andes” sobre el terroir argentino permite la producción de diferentes variedades, pero la que mejor se adapta es sin duda, el Malbec. Para los enólogos, la combinación de altitud y suelo es un rompecabezas que apenas están descifrando para aprovechar los diferentes terrorirs y su carácter.

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